Sin adiestramiento formal en piano clásico y teoría musical, Diego Errázuriz Guler - nacido en Santiago de Chile en 1984 - ha llevado el piano hacia una dimensión muy poco explorada para el instrumento fundamental de la música occidental.
La suya ha sido una propuesta de improvisación genuina, a partir de reflexiones y relatos personales en un completo retiro. De esta manera, Errázuriz impulsó una creación contínua que, tras sus primeros ensayos, grabaciones y ediciones, desembocó en el álbum doble Berlin meditations (2016), un punto cúlmine para su enfoque como solista solitario.
A los dieciocho años, Errázuriz perdió a su profesor de piano más relevante de su formación musical. Jaime Vivanco, músico de Fulano, falleció en el año 2003 pero sembró en el joven alumno la semilla de la música para piano vista con otros ojos. En adelante, Errázuriz comenzó a trabajar en el concepto de la improvisación armónica, a partir de motivos musicales espontáneos, sometidos a alteraciones o variaciones, siempre con la referencia Keith Jarrett y sus famosas improvisaciones en ciudades como Colonia, Bremen o Lausana.
Un concierto que en 2011 dio en el Teatro Municipal de Las Condes, como parte de un programa dedicado a Liszt a cargo de los pianistas clásicos Pedro Robert y Sebastián Amenábar, sería clave en su ruta solista y en su escalada discográfica. Ya había autoeditado dos sesiones de improvisación (Impromptu mañanero, 2002; Día y noche, 2005), pero fue entonces que Errázuriz dio continuidad a sus grabaciones. Sus discos La espera (2012), 80 (2012) y Años luz (2013) fueron, así, la antesala para el mencionado Berlin meditations (2016), que estrenó en directo en el Teatro Mori ese invierno.
Fuente: Iñigo Diaz - www.musicapopular.cl